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La importancia de la Realidad en el trabajo

Trabajando como ingeniero de software, me encontré con muchos ejemplos de personas que estaban convencidas de ser muy hábiles para determinadas actividades, siendo la realidad diametralmente opuesta. Todos hemos visto esto, en incontables oportunidades, tantas, que ya ni siquiera reparamos en que existe un patrón... simplemente le sumamos 1 al contador y listo.

Estos casos, algunos dignos de congelar y guardar para la posteridad van desde jefes de áreas informáticas incapaces de comprender un modelo de datos, hasta ingenieros de test que ejecutan pruebas sin saber siquiera cuál es el resultado esperado de la prueba (y entregan reportes a partir de ellas!!).

Los chicos de The Smoke Sellers me mostraron la luz al publicar (como es de esperar, medio en serio y medio en broma), un paper de un par de psicólogos de la Cornell University titulado: "Unskilled and Unaware of It: How Difficulties in Recognizing One's Own Incompetence Lead to Inflated Self-Assessments". El solo título nos da una visión de lo que encontraremos dentro: La carencia de ciertas habilidades impide que las personas puedan autoevaluarse objetivamente, y tiendan a exagerar su auto-percepción. El razonamiento (apoyado por evidencia experimental) es bastante sensato: Las habilidades necesarias para realizar una tarea, son las mismas que se necesitan para evaluarla, tener mala ortografía impide evaluar correctamente la ortografía de un escrito.

Bien? Muy entretenido hasta ahora, pero ¿qué tiene que ver con software?... bien, todo y nada. Todo, porque como toda actividad humana tiene desempeños variables que dependen de elementos que van desde capacidad de análisis, hasta el buen humor para llevarse bien con un equipo de colaboradores. Y una errada autoevaluación de estas habilidades puede llevar a frustración (al no ser reconocidos las supuestamente evidentes habilidades), o al reconocimiento injustificado (que producirá rechazo y quiebre en los equipos de trabajo).

Este paper, ganador de un premio Ig Nobel del año 2000, me llevó a tomar algunas decisiones en la vida diaria como profesional, incorporando elementos tangibles para la evaluación de habilidades o rendimientos de los profesionales que dirijo, e incorporando alguna forma de autoconsciencia que me permita discernir si lo que creo que hago bien, es realidad, o si soy víctima del mismo efecto que acabo de describir.

En mi humilde opinión, este paper debiera formar parte de las lecturas obligatorias de todo líder de equipos, coordinadores, jefes de proyecto y roles afines, excepto claro está, de aquellos que se autoevalúen como competentes en temas de evaluación de habilidades. Tiendo a pensar, que tendríamos más realidad y menos ficción en las mentes de desarrolladores, analistas, testers y consultores.




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